DIEGO'S HOTEL CRUSH
Charlamos con nuestro querido CEO y Co-founder, Mr. Diego Calvo, para que nos lo cuente todo acerca de los hoteles que le han vuelto loco últimamente. Con el mar Mediterráneo como telón de fondo, hacemos un recorrido mental con este culo inquieto por aquellos lugares que han dejado huella en su corazón de hotelero viajero.
Por Laura Martínez
Empezamos por uno de los hoteles que ocupan pódium en el radar de Diego: La Minervetta. “Hice un viaje maravilloso con mi chica por la costa amalfitana: Amalfi, Capri, Positano, Sorrento… y fue precisamente este último lugar del que nos enamoramos más profundamente”. ¿La razón? Un hotel llamado La Minervetta. “Este hotel boutique en un pequeño acantilado de Sorrento es una auténtica joya. Su dueño, Marco de Luca, es un gran apasionado del interiorismo, el arte, el diseño… y esa pasión está presente en cada rincón. Su fascinación por Ettore Sottsass se traduce en una especie de altar en el lobby, donde hay una gran mesa con infinidad de jarrones, cristalería y objetos coloristas diseñados por el italiano”. No podían faltar en La Minervetta elementos como el célebre espejo Ultrafragola de Sottsass para Poltronova o la fantástica librería de colores Carlton Memphis. “La localización excepcional del hotel, con el mar rodeándolo en primer plano, hace que el mobiliario, inspirado en las casas de veraneo americanas, con elementos como las sillas Adirondack en blanco, rojo y azul, luzca infinitamente más”. Calvo nos habla entusiasmado del desayuno, que se sirve en una cocina/salón en la que puedes hacerte el café en una taza enorme, llena de color, hecha por un artesano local. “Otra de las cosas que más me gustó, es la tienda del hotel, donde venden libros de Assouline, objetos de diseño y merchandising”
Fotos: La Minervetta
Y de Italia nos vamos a Grecia, que Diego visitó por primera vez al final de este pasado verano. “Tenía muchas ganas de conocer Atenas, así que la capital fue la primera parada de este maravilloso viaje. Escogimos dos hoteles con mucha personalidad, Mona y Shila, ambos ideados por Eftihia Stefanidi y su equipo del estudio de interiorismo House of Shila”. Shila está ubicado en un etéreo edificio de los años 20, en la zona de Kolonaki, el corazón de Atenas. "Tiene ese toque elegante y sensual, con una atmósfera de familiaridad muy particular” cuenta Calvo. “Mona está en el barrio más vibrante de Atenas, Psirri, y se presta más como un espacio donde los artistas puedan converger y encontrarse. El arte está presente en cada rincón, me gustó mucho el detalle de que se pueden adquirir las obras que recorren el hotel y también las prendas que están colgadas en los armarios”. La encantadoramente caótica Atenas, puede divisarse desde el rooftop de Mona, que se puede alquilar para eventos y reuniones. Otro de sus puntos fuertes es el speakeasy en el sótano, de aire industrial.
Foto 1: Mona Athens / Photo 2: Shila Athens
De Atenas damos el salto a la isla de Santorini, segunda parada en el periplo griego de Diego: “Nos quedamos maravillados con el hotel Kivotos, situado en la zona de Imerovigli, frente al mar Egeo y puede verse muy cerca la caldera volcánica de la isla”. Santorini es, en esencia, el resultado de una gran explosión volcánica que destruyó gran parte del territorio de la antigua isla y provocó la creación de esta caldera geológica de la que nos habla Diego. “Kivotos rinde homenaje al orígen de la isla; la habitación en la que nos alojamos imitaba las formas de un volcán, con luces que recreaban el efecto de la lava y aunque el blanco es predominante en Santorini, el hotel es de un color gris oscuro, como las primeras casas que se construyeron en Santorini”. Su dueño Philip Michopoulos, es un gran devoto de la isla y todo en Kivotos, parece pensado para homenajearla. “Nuestra habitación era sencillamente espectacular -con sauna y piscina en su interior- y el restaurante del hotel, Mavros, es un festival para los sentidos. Philip tiene uno de esos lugares a los que siempre estás deseando volver”.
Fotos: Kivotos Santorini
Y para volver también es el fantástico Hotel Corazón, en la Sierra de Tramontana mallorquina. Entre Deià y Sóller, se encuentra este idílico palacio reformado por el estudio Moredesign junto a sus dueños: la fotógrafa londinense Kate Bellm y su marido, el paisajista Edgar López. “Este oasis mediterráneo es mi gran descubrimiento de este año. Un pequeño hotel de 12 habitaciones con una de las recepciones más bonitas que he visto. El mostrador es una pieza que la artista Jasmin Bawa esculpió durante su residencia artística. Esta pieza recrea la forma de la roca favorita de Kate, dueña del hotel”. Corazón se extiende sobre la sierra mallorquina, llenándola de jardines de cactus y un vasto huerto ecológico, base fundamental de la carta de su restaurante. “El merchandising del hotel tiene todos los detalles que me flipan: Ceniceros pintados a mano, cerillas, libros de fotografía de Kate, joyas de artesanos locales, camisetas y sudaderas del hotel…”. Las formas redondeadas tan características del mediterráneo, la piscina mirando a la Tramontana, el fabuloso desayuno, la cama de ensueño con mosquitera de la habitación Baba Royale…Imposible quedarse con una sola cosa.
Foto: Hotel Corazón
Finalizamos este recorrido hotelero en la costa Brava, con el Hotel La Bionda de Begur. “La Bionda es uno de mis hoteles fetiche, cada detalle está cuidado con mucho mimo. Carla, su dueña, hace un fantástico trabajo y el interiorismo y restauración del edificio del S.XVII llevadas a cabo por Quintana Partners Studio es una pasada. Destacaría todo de este lugar, pero me quedo con la tranquilidad que emana, la maravillosa recepción con esos toques tan Wes Anderson y las bañeras de las habitaciones (¡Que bañeras!) donde podría quedarme a vivir”.Si es que, en materia mediterránea ya lo dijo todo Serrat: “Te vas, pensando en volver, eres como una mujer, perfumadita de Brea, que se añora y que se quiere, que se conoce y se teme… ¡Ay!”.
Foto: La Bionda