Legendary Hotels: Le Sirenuse
Le Sirenuse
Por Paula Móvil
La nueva era de la ‘dolce vita’ encuentra su máxima expresión dentro de este ensueño de hotel, perfectamente ubicado en lo alto de un acantilado en el encantador pueblo vertical de Positano, en la costa italiana y capaz de renovarse año tras año para mantener su esencia. Una que siempre ha estado estrechamente vinculada a la familia Sersale desde el año 1951, así como al arte contemporáneo, el hedonismo gastronómico, el buen gusto y, por supuesto, el buen hacer italiano.
Asomando en una captura de un Instagram Stories en el perfil de la modelo Emily Ratajkowsi, las icónicas paredes rojas de uno de los hoteles más famosos y adorados de Positano hacían acto de presencia. El lugar en cuestión era el impresionante y clásico hotel Le Sirenuse –cuyo nombre hace referencia a las islas de Li Galli entre la Isla de Capri y a 6 km al suroeste de Positano–, un emblema de la zona capaz de atraer a celebrities desde los viejos tiempos de Hollywood, momento en el que Richard Burton y Elizabeth Taylor se hospedaron en él. Desde entonces, perfiles como Sienna Miller, Anne Hathaway, Eddie Redmayne o Reese Witherspoon –que celebró allí su luna de miel– le han aportado a Le Sirenuse todavía más caché dentro del star system.
Aunque en el siglo XVIII el Cardenal Antonino Sersale fue condecorado como arzobispo de la ciudad durante más de 20 años, la historia de este símbolo de la costa amalfitana se consolidó allá por 1951, momento en el que la familia Sersarle convirtió Villa Giulietta, su impresionante casa de verano, en un exquisito hotel de cinco estrellas: compuesto por 58 maravillosas suites con techos abovedados, azulejos de cerámica, ventanales franceses y azulejos terracota, así como con piezas antiguas de toda Europa, pinturas napolitanas y artesanía local, resultado de los viajes por el mundo de Franco Sersale, uno de sus propietarios.
Viejos amigos de la familia, clientes VIPS y huéspedes se codean en Le Sirenuse cada verano, saludando y estrechando la mano de Antonio Sersale, hijo de Franco, quien ahora regenta el hotel junto a su esposa Carla. Juntos, ambos han sido capaces de mantener viva la historia de la familia y su relevancia en la actualidad, con programas como Artists at Le Sirenuse, lanzado en 2015 y comisariado por Silka Rittson-Thomas, dando cobijo a piezas e instalaciones de aristas del calibre de Martin Creed – creador del neón ‘Don’t Worry’ en el bar homónimo del hotel–, Stanley Whitney –autor de The Jitterbug Waltz, cuadro de coloridas bandas horizontales que decora uno de los salones del hotel– y Lucy Stein –quien dio vida a una sirena pintada en azulejos que condecoran el Aldo’s Cocktail Bar & Seafood Grill, uno de los restaurante del hotel–.
Antonio y Carla también han creado Emporio Sirenuse, una firma de estilo de vida y resortwear, con piezas que fácilmente encajan con el dresscode de los templos del placer culinario que componen a Le Sirenuse. El más idílico de ellos es La Sponda, restaurante desde el que se atisba el domo de la iglesia Santa Maria Assunta, iluminado cada noche con 400 velas perfectamente ubicadas para crear un ambiente de romances épicos, entre enredaderas vegetales que cubren las paredes del suelo al techo. O el Don’t Worry Bar, coctelería ubicada en el que una vez fue el salón de casa de la familia Sersale y decorado por la interiorista romana Annalisa Bellettati. Se suma a la propuesta Aldo’s, un espacio que pone de manifiesto su versatilidad como bar y bistró, con marisco fresco y platos napolitanos que desfilan entre copas de champagne, ostras y tartas tiramisú. Pero sin duda el espacio favorito de los huéspedes es el Pool Bar, exclusivo y perfecto para disfrutar, Spritz en mano, del auténtico placer hedonista que ofrece la nuova dolce vita.