I’M A BARBIE GIRL, IN A (REAL) BARBIE WORLD
I’M A BARBIE GIRL, IN A (REAL) BARBIE WORLD
Por Laura Martínez
La archiconocida muñeca creada en 1959 por la co-fundadora de Mattel, Ruth Handler, vive un ‘comeback’ como pocos se han visto: los gigantes textiles lanzan colecciones en su honor y la fiebre por el color rosa sube como la espuma. ¿El motivo? La película de Greta Gerwig protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling que llega a nuestros cines este fin de semana.
Cuando Ruth Handler -co-fundadora de la empresa de juguetería estadounidense Mattel- se dio cuenta de que su hija Bárbara prefería jugar con muñecas con características adultas antes de hacerlo con bebés o juguetes aniñados, dio con la idea millonaria que cambiaría el ocio infantil durante décadas. Bautizada en honor a la hija de Bárbara, la muñeca Barbie revolucionó el mercado de los juguetes y tenía como premisa, según palabras de la propia Handler “permitir a las niñas soñar con todo aquello que quisieran ser”. Doctora, profesora, aventurera, azafata de vuelo, exploradora…la muñeca se ha comercializado con más de 100 profesiones y personifica a una mujer que decide por sí misma. Barbie es la protagonista de su propia historia.
La muñeca de cabellera rubia ha ido cambiando físicamente y adaptándose a los tiempos a lo largo de los años: desde sus ojos -que cambiaron en el 71 para mirar al frente y no de lado- pasando por su cuerpo, de más curvas a menos, más estilizado y piernas más largas, pasando por su indumentaria, creada originalmente por la diseñadora de Mattel Charlotte Johnson que más tarde diseñarían nombres de la talla de Christian Louboutin, Vera Wang o Calvin Klein.
A partir de 2016, Mattel lanzó diferentes tipos de Barbies con cuerpos y razas diferentes, para hacerla más alcanzable y real. Parodiada y criticada por ejemplificar un físico poco realista, esto supuso un gran paso hacia delante para Barbie; las niñas y niños del mundo ya no sólo podían soñar con ser como ella, sino que estaban ya, mucho más cerca de identificarse con su muñeca favorita.
Sin embargo, la controversia nunca ha abandonado a la muñeca más famosa del mundo y, por ende, a su acompañante masculino, Ken, también inspirado en uno de los hijos del matrimonio Handler. Barbie es Barbie y Ken…simplemente un accesorio más. Pero ¿Qué pasaría si lleváramos todo esto a la vida real? ¿Qué pasaría si Barbie y Ken fueran dos personas de carne y hueso? Esa es precisamente la narrativa de la que parte la película de Greta Gerwig.
La actriz y productora Margot Robbie se hizo con los derechos de producción para hacer esta película y convenció a Gerwig de escribirla y dirigirla. Reticente en un inicio, la crítica adelanta que Gerwig ha sabido darle la vuelta a la tostada y hacer una película contando algo mucho más interesante de lo que puede parecer en la superficie. Porque así es exactamente Barbie y todo su mundo.
Barbie y Ken vienen al mundo real y tendrán que hacer frente a dificultades que jamás se imaginaron en su perfecto “Barbie world”. El mundo real no es tan rosa y tan colorido como el de Barbie, pero se nos ocurren varios lugares donde puedes sentirte un poco más como ella.
El hotel Tropicana, ubicado en la zona de Playa D’En Bossa en la isla pitiusa, podría ser el lugar escogido por Barbie para tomarse unos cócteles y darse un baño en la piscina con diseño MiMo o hacerse unas fotos en su ducha en forma de copa de Martini. Paradiso Ibiza Art Hotel es el hotel rosa por excelencia. Su estética Art Decó y esa esencia de eterno verano lo convierten en el lugar donde Barbie celebraría su cumpleaños o su despedida de soltera. Pasaría una noche en su suite acristalada en medio del lobby, la ‘Zero Suite’ y dormiría con una bata de satén rosa y un antifaz haciendo juego. Grand Paradiso es el hotel más cinematográfico de la bahía y no hay un lugar más propio para jugar a ser Barbie por un día: un Cadillac El Dorado de color rosa transformado en hot tub preside la zona de piscina.
Ser como Barbie nunca fue tan posible en el mundo real.